Siempre he sentido una gran pasión por la belleza de las flores. Y hoy en día tengo la suerte de tener la oportunidad de encerrarme en mi taller y crear brotes totalmente únicos y especiales, para después, disfrutar las caras de asombro y emoción de las personas al verlas; en ese momento, siento que todo vale la pena.

A veces no es fácil vivir de esto, ser creativo y apostar por un camino lleno de retos implica esfuerzo, dedicación y, a menudo, superar incertidumbres. Pero también sé que esto no es solo un trabajo para mí: es mi misión en esta vida. Crear algo bello que conecte con las personas, que transforme momentos cotidianos en instantes especiales.